La condición obrera, 2019
Mono de trabajo
Libro: La conquista del pan. P. Kropotkin, Biblioteca Estudios, s/f (años treinta), 19 x 12,5 cm.
En los carteles de propaganda soviética de los años treinta y en los españoles del Frente Popular se reivindicaban cuerpos resistentes, viriles y musculosos, despreciando la debilidad, el vicio y la pereza. La pensadora Simone Weil, después de trabajar por un tiempo en una fábrica, cuestionó esa mística obrera, señalando que el proletariado, incluso después de apropiarse de los medios de producción, no era más que un cuerpo sometido y explotado que vive para trabajar y trabaja para vivir (1). En esa doble condición de superación y sometimiento, el obrerismo se asemejó mucho a una religión, reemplazando la fe en la providencia con la fe en la historia y el progreso como un proceso inapelable que lo conduciría a su liberación en el paraíso del proletariado.
Esta obra, que ha tomado el título del libro de Simone Weil La condición obrera, intenta resumir la naturaleza de esta condición mediante un mono de trabajo de talla grande (para un cuerpo alto y fuerte), un texto bordado con el versículo 17:1 del Génesis: «Anda en mi presencia y sé perfecto», y un libro de Kropotkin titulado La conquista del pan, editado en València en los años treinta, en cuya portada ilustrada por Josep Renau, artista de ideología comunista, se muestra la figura idealizada de un obrero. Este estereotipo de obrero atlético se llevó al extremo en la URSS estalinista a través de la figura del Bogatyr o «Hércules», un trabajador ejemplar que, mediante el estajanovismo, elevaba su nivel de productividad hasta límites sobrehumanos llegando incluso hasta la muerte.
(1) “Ir al recuento de trabajo, vestirme, salir de la fábrica con el cuerpo vacío de toda energía vital, el espíritu vacío de ideas, el corazón disgustado, lleno de rabia silenciosa, y encima con un sentimiento de impotencia y sumisión.” Simone Weil. La condición obrera, Buenos Aires: El cuenco de plata, 2010, p.116
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Exposición:
Teorética del pan
Galería Rosa Santos. València. Del 20 de septiembre al 22 de noviembre de 2019.