Peana para tres banderas, 2016

80 x 370 x 60 cm. Madera, pintura.

Los pabellones de las exposiciones internacionales se erigían en escaparates de su poder soberano, comercial, territorial, tecnológico, etc. El Pabellón Español de 1937, aunque se pensó como caja de resonancia antifascista, también dispuso de estructuras de estado.

Debido a que el Pabellón fue construido sobre un terreno en pendiente, tuvo que tenerse en cuenta su disposición y de otros elementos, como unos mástiles creados para que ondeasen las banderas republicana, catalana y vasca. Debido a su gran altura y para que pudieran soportar la fricción del viento se creó un cubículo rectangular de cemento.

 Peana para tres banderas constituye una réplica a escala real de dicho cubículo, pero con una inclinación para resaltar la irregularidad del terreno. Con esto se busca destacar, por un lado, la similitud del encofrado con un sepulcro o sarcófago, evidenciando la relación de las banderas con la obediencia, incluso hasta la muerte, y por otro, la pérdida de equilibrio o descentramiento que acabó sufriendo la República y todos sus símbolos.

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Exposición:
La presencia y la ausencia
Galería G6. IVAM. València. Del 26 de enero al 7 de mayo 2017.